Por Víctor Cardona Cuando llegué a la ciudad de Atoyac en 1978, unos vecinos me hicieron creer que era un “robachicos”, unos le decían “El Viejo Pelón”, “El Karma” y “El Caminante” o simplemente “El Viejo del Costal”. A mí me daba miedo encontrarlo por la calle pensaba que me llevaría amarrado en su costal. […]