Editorial
El informe de la Cuenta Pública 2020 que se entregó el domingo señala irregularidades en el gobierno federal por más de 40 Mil MDP, principalmente en sus megaobras y programas sociales. Es lamentable que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) haya realizado recortes presupuestales a los Estados, que específicamente en Guerrero, están mermando en la obra pública y la salud en plena pandemia. Por ello, ahora que es época de austeridad, valdría la pena reasignar los recursos que se otorgan a los partidos políticos, y que sean sus integrantes los que aportan para su operación. Eliminar los gastos que realizan los legisladores y considerar sólo su salario. Eliminar el concepto de “comisionados” que hace que en varios organismos y secretarías de Estado existen personas que perciben un salario trabajando para personas ajenas, es decir, adiós al corporativismo sindical. Otra fuente son las muy presumidas reservas monetarias, las cuales podrían ser utilizadas en el desarrollo del País en vez de dar protección a la “solvencia financiera”, pues a los ciudadanos nos parece extraño que, con tantas reservas, exista tanta hambre. Como vemos, tela de dónde cortar hay mucha; decisión, quién sabe.
