Editorial
En nuestro País estamos viviendo una justa lucha contra la discriminación de género hacia las mujeres. Sin embargo, existen muchas situaciones en las que la discriminación se hace en contra del género masculino y nadie se preocupa por ello. Los ejemplos abundan, pero hay uno que parece particularmente grave: en muchos sitios de trabajo se exige a los hombres y no a las mujeres la presentación de la cartilla del Servicio Militar liberada para ser contratados. Dado que el servicio militar es obligatorio únicamente para los varones de este País, las contrataciones no se basan necesariamente en la capacidad profesional del solicitante, sino en la presentación de un documento que las mujeres no tienen obligación de tramitar. Éstas son claramente acciones discriminatorias contra el género masculino y deben eliminarse urgentemente de cualquier legislación. Invitaría a los órganos competentes (Comisiones de Derechos Humanos y Suprema Corte de Justicia) a tomar cartas en el asunto cuanto antes. Mientras existan leyes y reglamentos de aplicación forzosa para un género y voluntaria para el otro, no se podrá hablar de igualdad de derechos.