Editorial
A 100 días de las administraciones municipales de varios ayuntamientos, es fácil darse cuenta que, en las elecciones pasadas del 2021 una cosa parece ser cierta: no ganaron las hoy alcaldesas o alcaldes, ganó el hartazgo contra los malos gobiernos. Los derrotados no van a aceptar que ellos fueron los culpables, pero los nombres de esta histórica derrota están en la mente y en las lenguas de millones de mexicanos, y tienen en común el descrédito de muchos de sus cuadros políticos, su arrogancia, su ceguera política, sus increíbles abusos y excesos, las corruptelas de sus más altos funcionarios, de sus exalcaldes y exdiputados, la impunidad con la que todavía se conducen y, sobre todo, sus inútiles gobiernos, caros y malos, que no han sido capaces siquiera de garantizarnos la seguridad pública, la vida y los bienes de los ciudadanos. Este proceso sirvió también como preparativo al 2024 para la sucesión presidencial. La gente sólo reaccionó y votó en contra de los excesos de los gobiernos, pero parece que este es sólo el principio de un cambio mayor que no necesariamente será a favor de Morena.