Por César González Guerrero
Hace muchos años en mi tierra Copala escuché por primera vez una hermosa y rítmica melodía llamada “Los Papaquis”, en ocasión de las serenatas que se acostumbraban en las madrugadas, para celebrar algún onomástico o el cumpleaños de un familiar o amistad.
Pasaron quizá más de 40 años cuando, por casualidad, un 12 de julio del 2014, llegué a la celebración del cumpleaños de mi gran estimado amigo y maestro Edgardo Astudillo en su tierra Tixtla, y me dio mucho gusto volver a oír esta tradicional música, inolvidable por su mensaje y alegría trasmitida a todos los presentes. Sin duda, para quienes la conocemos, no solamente la acompañamos, sino también le vamos siguiendo el “sonsonete”, en la medida en que los versos nos van exigiendo. Eso no lo hace cualquiera. Solamente quienes ya sabemos el ritmo.
Este canto se ha ido perdiendo a lo largo de los años, razón por la cual se requiere del apoyo de las áreas y dependencias educativas y culturales para su difusión y promoción en todas las escuelas. Por supuesto, no se requiere dinero, solo imaginación y creatividad.
De acuerdo con alguna información existente, hay un pueblo mágico, Municipio llamado Nochistlan en el estado de Zacatecas, en donde por Decreto se ha oficializado la entonación de los Papaquis, enriqueciendo con ello sus costumbres, tradiciones y fiestas patronales, fomentando su conservación y preservación popular. Del 17 al 21 de enero, en este pueblo se festeja al “Güerito” de San Sebastián, también conocida como la Fiesta de los Papaquis.
Según esta tradición que data desde los siglos XVII y XVIII, se hace por costumbre, con fervor y devoción; es acompañada con la quema de “cuetes” y castillos de luces. El violín es el instrumento principal de esta melodía, acompañado por la guitarra o bajo.
El término “Papaqui” se dice que es de origen Caxcan y significa celebración, baile, alboroto y fiesta, con un sentido religioso del catolicismo. Se llamó Caxcanes a los miembros de la tribu Chichimeca establecidos en el Norte de México.
Finalmente, tomare como modelo los versos que el señor Hipólito Astudillo Basilio arregló al Maestro Edgardo en ocasión de su cumpleaños arriba anotado, y que aún conservo como un grato recuerdo. Por supuesto, se ajusta a los nombres del festejado, así como a la costumbre de cada población:
Hoy por ser día de tu santo
yo vengo a felicitarte
con Papaquis que te canto
mi amistad vengo a mostrarte.
Con flores de cempasúchil
este lugar decoramos,
ellas llevan el cariño
que todos por ti guardamos.
Cuando Edgardo llego al mundo
Con la cigüeña jugaba
a trazar planos exactos;
futbol con ella entrenaba.
Culinaria vianda brilla
En variedad y sabores,
también tacos y semillas
aguas frescas de colores.
Pechugas muy suculentas
Edgardo ofrece gustoso
para este especial momento
que hoy dios le brinda amoroso.
Que salud, dicha y progreso
nunca falten en tu hogar,
goza siempre este suceso
amigo tan sin igual.
Hombre perfecto no existe
expresa el gran Marco Antonio
cuando se viste de gala
conciertos da en patrimonio.
Exquisites de un buen trío
bohemio que al amor clama
Remembraremos a juanga
Y al Buky, hombres de fama.
Ya con esta me despido
compartiendo pan y vino.
A dios protección le pido
conduzca bien tu camino.
Esperamos que pronto alguno de mis lectores nos comparta algún audio o video de esta rítmica y alegre melodía, o bien nos invite a disfrutarla en algún convivió de cumpleaños. Ya veremos.