Editorial
Presumir como logros las denuncias por enriquecimiento ilícito contra Ricardo Anaya Cortés, mientras se deja impune a Pío y Martín Jesús López Obrador, hermanos del presidente de la República (AMLO), se ha convertido más en un motivo de mofa que de orgullo. Mientras en México se busca enjuiciar a la oposición, tenemos que recordarle al gobierno federal que, en todos los casos que se denuncian, el Ministerio Público, las contralorías, la Auditoría Superior de la Federación, en su caso, debe operar el Estado de derecho, sin excepción alguna. ¿Acaso existirá en el País algún morenista que ame a México por encima de los intereses mezquinos del partido, como en gobiernos anteriores lo hicieron los corruptos priistas y panistas? Esperemos que a mitad del sexenio los funcionarios de la 4T demuestren, que su lealtad está del lado de los mexicanos y que tengan la probidad suficiente para reconocer abierta y públicamente lo que todos sabemos.