Por medio de este espacio informativo, le advertimos de una manera sana, amigable y cordial, al amigo Alejandro Arcos Catalán, que mejor se retirara de la contienda por la alcaldía de Chilpancingo en las elecciones pasadas del 6 de junio y le sugerimos que lejos de eso, se dedicara a cuidar sus negocios de papelerías y lavanderías en lugar de andar perdiendo el tiempo buscando ser edil capitalino; en tanto que su derrota fue eminente desastrosa.
Aplastado electoralmente por Norma Otilia Hernández, la noche del 6 de junio, el buen amigo Alejandro Arcos Catalán se retiró a su casita con la derrota en sus manos, en tanto que el triunfo de Norma fue histórico. Esta mujer hizo lo que ninguna mujer u hombre logró antes aquí, más de 54 mil votos contra 39 mil votos que pudo alcanzar a duras penas el “apolítico” Alejandro Arcos.
El ahijado incondicional de Ángel Aguirre Rivero, se aferró a ser candidato de la coalición a la presidencia de Chilpancingo, aun a sabiendas de que era imposible ganar las elecciones, resaltando que Arcos Catalán carece de trabajo en las colonias y barrios de este municipio, más bien es un junior hijo de papi y mami. Es uno de los “fifís” más conocidos de esta ciudad.
El llamado que le hicimos a este amigo antes de las elecciones es que mejor no participara como candidato a la presidencia porque iba a perder y que mejor se dedicara a sus negocios familiares de papelerías y lavanderías, que no perdiera su valioso tiempo y dinero en vano, la cosa se veía muy difícil que lograra el triunfo en este municipio.
Total, que Alejandro Arcos no quiso entender y se aferró con uñas y dientes a la candidatura por la coalición PRI-PRD, anduvo en las colonias capitalinas y comunidades fingiendo ser humanitario con una sonrisa falsa e hipócrita apapachando a los ancianitos, haciéndose pasar por la hermanita de la caridad llevando algunos beneficios y dádivas a la gente a cambio de voto.
El resultado fue catastrófico, total que no pudo ganarle a la morenista Norma Otilia Hernández quedando con una diferencia de votos de más de 20 mil, la derrota fue aplastante, Alejandro Arcos no le llegó ni a los talones a su rival de urnas.
Por inercia, cuando un ser humano se aferra o se emberrincha a una causa, sin considerar las opciones, el resultado es negativo, fue el caso del buen amigo Alejandro, se aferró a una causa perdida y el 6 de junio le dio la razón, pudo haberse hecho a un lado y dejar el paso a otro con más capacidad política, sin embargo, su ambición lo cegó y su derrota fue muy notoria en Chilpancingo.
El error que también cometió Ángel Aguirre Rivero, fue inclinarse a favor de un fifís de la capital, le dio la espalda a los Salgado Parra con el fin de imponer a su delfín, aunque el resultado electoral fuera lamentable. Hoy Alejandro Arcos Catalán se encuentra oculto bajo las piedras, se ha invisibilizado y va a volver a salir de su cueva dentro de tres años, cuando haya otro proceso electoral, en ese tiempo se verá otra vez con su sonrisa fingida apapachando a la gente de las colonias de Chilpancingo y regalando dádivas a cambio del voto.