Editorial
Los vicios llegaron a Morena y ahora la única esperanza abunda en el presidente Andrés Manuel López Obrador. Por ello, habría que sugerirle, que, para atacar rápida y efectivamente la corrupción y la impunidad, no constituya una nueva burocracia para difundir la información de la Administración pública, y menos centralizada en el ejecutivo. Hacerlo será regresar a la dictadura de los años setenta durante los cuales la Segob censuraba o autorizaba cualquier comunicación oral o escrita. Se dudará de la veracidad de la información. Esperemos que AMLO acabe con la «ley Chayo». Sistematice la información del quehacer diario de la Administración pública para que pueda ser revisada por la población en general y en tiempo real. Así oficializará la consulta popular, de manera diaria, bien documentada con información de primera mano, cuya opinión la tendrá el propio presidente de cada segmento de la población que se vea directamente afectado por la corrupción. Los afectados por cualquier acto de corrupción deben saberlo de manera inmediata para atacarla de igual manera, solo así habrá un verdadero cambio.
