Editorial
Se acercan las elecciones, y la verdad es que los mexicanos estamos hartos y confundidos con los spots publicitarios de los partidos y no quisiéramos votar. ¿Por quién hacerlo cuando unos a otros se acusan de violadores, mentirosos, abusivos, ladrones, etcétera? Parece que “el comal le dijo a la olla”, como en la canción de Cri-Cri. Todos se acusan, todos se echan tierra. No se dan cuenta de que también así se manchan más. Haciendo un símil, pareciera que votar por cualquiera de ellos sería como ir al mercado a comprar verduras y las únicas que nos ofrecen están agusanadas, podridas, inmaduras o envenenadas; así mejor nos abstenemos. Los partidos menosprecian a los ciudadanos, apuestan a su falta de memoria. Tienen candidatos que solamente quieren lucrar con el puesto y Guerrero no les representa más que un botín. Ojalá que los ciudadanos sigamos insistiendo en la calidad moral y la eficiencia, que son dos virtudes de las que carece nuestra clase política. Y ojalá que para dentro de tres años se postule a gente y partidos con ética y vocación.