Editorial
Tras la muerte de George Floyd quedó al descubierto que el racismo ha retomado fuerza en Estados Unidos y como efecto dominó está llegando a nuestro país. La situación no es menos agresiva que en otras partes del mundo, pues hay que recordar que los palestinos odian a los israelíes. Pero lo que ha causado alarma es que el Ku Klux Klan que anteriormente hostigaba hasta la muerte a la comunidad negra en USA, hoy reclute a seguidores afroamericanos para ir contra los centroamericanos. Por lo visto la idiosincrasia racista estadunidenses está teniendo resonancia en México, donde todos los días se utilizan despectivos como “prieto”, “naco”, “indio”, etcétera. Es lamentable ver los resultados de la presión que Donald Trump está ejerciendo hacia nuestra república para contener el flujo de centroamericanos que entran de forma ilegal al país para después buscar ingresar a EE.UU. Si bien es innegable que los centroamericanos están en el país en calidad de ilegales, es deleznable que los mexicanos se nieguen a que se construyan albergues para apoyarlos. Absurdamente, como siempre, México replicando las ideas gringuillas.