Editorial
En esta época de la contingencia sanitaria por el Coronavirus y que exige como recomendación la Sana Distancia, nos hacen recordar que cada vez son menos dignas las viviendas de interés social edificadas en el país por el INFONAVIT, con menores dimensiones que incumplen la necesidad de espacio, generando un lucro de parte de las compañías constructoras, digo, independientemente de que en un departamento lleguen a vivir más de una familia. Hay que reflexionar sobre lo lamentable que organismos permitan que las edificaciones sean con materiales de mínima calidad y malos acabados, además de carecer de áreas verdes y cajones de estacionamiento. Además el trabajador debe ajustarse a las distancias que tiene que recorrer al asignársele una vivienda lejos de su empleo, porque se le condiciona para tener derecho a crédito, cuando convendría más hacer uso de los recursos de la Subcuenta de Vivienda para completar para una más cercana.
