Editorial
Ante la contingencia sanitaria que se vive en el país por el Coronavirus y la crisis económica que se avecina por la cuarentena, es hora de que se cumpla la promesa de reducir el número de legisladores en el país, pues implican un gasto excesivo respecto a su ínfima productividad. Un ejemplo es que ahora la mayoría de Congresos de los estados y las cámaras de Diputados y Senadores se encuentran paralizadas en sus actividades, mientras se les sigue pagando de manera puntual sus salarios a los congresistas. Por eso urge aterrizar la propuesta que el presidente Andrés Manuel López Obrador hizo en campaña de reducir el número de integrantes de ambas Cámaras, y de paso también los diputados locales, empezando por los plurinominales, donde ellos mismos definen sus jugosos aumentos de sueldos y sinnúmero de prestaciones, ante lo que hace falta mayor regulación. Eso es algo que nos debe el señor presidente, para destinar parte de su exorbitante sueldo a quienes se dedican al comercio informal.