Por César González Guerrero
En nuestro país, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), es la institución gubernamental responsable de garantizar el desarrollo sustentable y el equilibrio ambiental y en consecuencia, es parte fundamental para la instrumentación de políticas públicas al respecto. Y precisamente, uno de los temas que considero debe ser de interés para todos los mexicanos y guerrerenses, es la conservación de una de las principales especies en extinción, me refiero a la Tortuga conocida también como Quelonios o Testudines.
La Tortuga es uno de los reptiles más antiguos que aún existen en el planeta cuya duración se estima entre los 50 y 80 años; en casos excepcionales llegan hasta los cien años; sin embargo se dice que hay tortugas que han rebasado los 200 años de edad; hay terrestres, marítimas y de agua dulce. La Tortuga Marina tiene más de 200 millones de años de existencia, y forma parte el ecosistema marino.
Desde el año 2000, y con el propósito de concientizar a las personas sobre el cuidado y respeto que merecen, se instituyó el 23 de mayo como el Día Internacional de la Tortuga. Aunque también el día 16 de junio se celebra el Día Mundial de las Tortugas Marinas.
En la cultura universal se considera como animal sagrado, con características de persistencia, tolerancia, fuerza, paciencia y sabiduría, son emblema de longevidad y serenidad. En la cultura China, Japonesa e Hindú principalmente, se consideran con un poder mágico y de buena suerte. Algunas culturas consideran a la tortuga como la creadora del universo y con un gran valor religioso y mitológico. Tienen un significado cultural muy importante y un valor turístico considerable.
A México se le ha dado el nombre del país de las tortugas porque en las costas de México, del Océano Pacifico, del Golfo de México y del Mar Caribe, 6 de de las especies más conocidas del mundo, vienen a desovar en nuestras playas: laúd, carey, verde, caguama, lora y golfina.
En Guerrero, un estado con más de 500 kilómetros de franja playera, considerada zona protegida, anidan la Golfina, la Prieta y la más grande de estos quelonios: la Laúd, que llega a pesar hasta 820 kilos (1,800 libras).
Los Campamentos Tortugueros son espacios especiales que requieren mayor atención y apoyo para atender a este tipo de animales que, en muchas ocasiones, no cumplen sus funciones al cien por ciento por diferentes razones, pero a pesar de ello son parte de una estrategia necesaria para evitar su desaparición. Estos lugares son visitados por grupos de personas de todas las edades, acompañados de un Guía, en cuyo trayecto les explica el procedimiento y los cuidados que se debe tener para la recolecta de huevos, así como su transportación al Campamento. En este recorrido por la playa (excursiones nocturnas), se puede vivir una de las experiencias mas bonitas, como el hecho de observar el desovar de la Tortuga, en especial la mas grande de estas especies, creando conciencia y educando a las personas. Pero también es muy hermoso el momento de liberación de tortugas ya que desde ahí empieza su lucha por sobrevivir.
Los campamentos tortugueros son sitios atendidos por gente capacitada, responsables de trasladar los huevos de los nidos naturales a nidos artificiales para ser resguardados de los depredadores y en su momento liberarlas. En algunos casos son para realizar trabajos de investigación, atendiendo los programas para la protección y preservación de las tortugas marinas en los principales destinos turísticos del país. De la misma manera se muestra la labor de recolectados y siembra de los huevos; la liberación de las crías; talleres de educación ambiental con escuelas para turistas y público en general; fomentar el turismo ecológico. Todo ello para la protección de la especie.
Durante los últimos años ha sido la Costa Grande la región en donde se promueve éste tipo de turismo ecológico, principalmente el Municipio de José Azueta, que cuenta con corrales en los hoteles que se localizan en las playas de la Ropa, el Palmar y Playa Larga, así como aproximadamente 20 Campamentos Tortugueros distribuidos en los municipios de Petatlan, Tecpan de Galeana y Coyuca de Benítez. Mientras que en la Costa Chica solamente se localizan este tipo de campamentos en los municipios de Copala y Marquelia; y obviamente en Acapulco.
Sin duda todos los municipios de la región costera de Guerrero están en condiciones de promover este tipo de turismo ecológico, como son, en la Costa Grande: La Unión, José Azueta, Petatlan, Tecpan de Galeana, Benito Juárez y Coyuca de Benítez. En la Costa Chica: San Marcos, Florencio Villarreal, Copala, Marquelia, y Cuajinicuilapa. Y desde luego Acapulco. Todos cuentan con una gran variedad de escenarios y zonas atractivas para el turismo nacional e internacional y sólo faltaría fortalecer las estrategias para una mejor operatividad.
Los ayuntamientos municipales deben contemplar en sus estructuras administrativas responsables de promover el turismo en general y el ecológico en lo particular, sin que esto ocasione un gasto burocrático, más bien pueden funcionar como áreas autofinanciables.
Es muy lamentable que en algunos municipios con vocación ecoturística las dependencias gubernamentales, y más las educativas, no promuevan la cultura ambientalista, como es el caso de los municipios costeros en donde los pequeños, adolescentes, adultos y adultos mayores no conocen el potencial que tienen. Hace falta promover programas educativos para que desde niños se fomente la cultura ecoturística. Ya veremos.