Editorial
Aunque hubo avances, salimos muy mal en la prueba PISA del 2018 que se realiza cada tres años. La peor corrupción nacional es corromper a los jóvenes, haciéndoles creer que aprender es copiar y pegar textos de internet o repetir como pericos las “verdades” de los libros, salir bien en evaluaciones memorísticas o en las que les dan los resultados. La Secretaría de Educación Pública (SEP) fomenta todo esto en sus libros de texto único. Contienen solamente información, sin decirle al profesor cómo usarla para fomentar el razonamiento de los niños. En estos tiempos de Internet es más importante el cómo se enseña que lo que se enseña. Necesitamos cambiar el cómo enseñamos y evaluamos la calidad de la Educación. Esto es demasiado importante para seguir dejándolo en manos de los políticos. Si queremos que nuestros jóvenes “NiNis” no formen parte de las delincuencia es necesario prepararlos para un mundo en el que tengan un papel digno como partícipes de su sociedad, no solo entregándoles dinero para que se vayan a fomentar sus vicios.