Por César González Guerrero
Felicidades a la familia Guerrerense que celebra con mucho orgullo los 170 años de la erección del Estado de Guerrero.
Hay muchas razones por las cuales debemos estar orgullosos de ser guerrerenses, y por las cuales estamos luchando todos los días, cada quien desde los espacios en que nos encontramos, desarrollando nuestras capacidades a favor de las mejores causas del pueblo.
Hombres y mujeres de todas las edades estamos plenamente identificados con la historia de esta entidad suriana, con su cultura, tradiciones y costumbres. Con su geografía, su gente y sus instituciones. Todo lo que implica nuestro territorio tiene olor a valores y principios, a esfuerzo, responsabilidades y compromiso, a trabajo con resultados.
Solo basta con revisar los acontecimientos del pasado para comprender y valorar el hecho de ser guerrerense, cuantificar los años y las acciones gubernamentales, para descubrir el enorme potencial que existe en nuestra tierra, para amarla, defenderla y desarrollarla. Por supuesto haciendo alianzas con quienes dirigen y coordinan el trabajo de todos.
Si es muy cierto que falta mucho por hacer, también es cierto que la mayoría de los pueblos del mundo y más en nuestro país, han experimentado un sinfín de adversidades que no permiten alcanzar el desarrollo integral que merecemos.
Han sido más de 170 años de luchas internas, por lo menos desde su origen el 27 de octubre de 1849; años de inestabilidad política a nivel nacional, después de la Consumación de la Independencia de México en 1821, luego con la Guerra de Reforma de 1858 a 1861 y finalmente, con los conflictos anteriores y posteriores a la Revolución Mexicana de 1876 hasta 1941, aproximadamente. Son años de confrontaciones y dificultades que no fueron suficientes para el progreso de Guerrero. Son tiempos que no se deben repetir. Son experiencias que los guerrerenses de la época actual debemos dimensionar para estar unidos y evitar, en la medida de lo posible, la división que mucho daño ha causado.
Ahora en pleno siglo XXI, tenemos que trabajar acorde a las necesidades que nos exigen los problemas, con mucho interés y voluntad para no perder el tiempo en discusiones estériles, y que el pasado nos sirva para valorar lo alcanzado y así lograr un mejor futuro. Sí es posible trabajar en la diversidad con respeto y con buena disponibilidad. Sí es posible coordinar y concertar acciones que beneficien, de manera civilizada y con propuestas viables.
Estamos a tiempo para que a Guerrero le vaya mejor, sin violencia y con pasión de servir. Honremos a quienes hicieron posible lo que hoy disfrutamos, trabajando con humildad pero acciones firmes.
Finalmente, a todos nos conviene estar unidos, vivir en paz y tranquilidad, con armonía y desarrollo, con visión de futuro. De lo contrario no se avanza. Guerrero y los guerrerenses tienen lo elemental para salir adelante. Que cada uno de nosotros aporte su parte. Guerrero es nuestro. Todos somos Guerrero.
Larga vida y progreso al estado de Guerrero en este Aniversario de su creación.
¡¡Que Viva Guerrero!!