Editorial
El próximo 26 de agosto inicia el ciclo escolar en México y con ello comienza un grito de esperanza ante los males que aquejan a nuestro país, con lo que se revive la consigna de Mandela: la educación es el arma más poderosa para cambiar al mundo. Se educa a través de las consecuencias. Mientras no nos eduquemos unos a otros aplicando correctivos al comportamiento, es difícil que avancemos. Como individuos solemos caer en el error mientras no nos afecte. Si queremos mejorar nuestro destino, es menester reconocer el error y aplicar sin distinciones el correctivo. Pero los que no tienen nada de educación, son nuestros pobrecitos gobernantes, quienes próximamente rondarán en el Congreso de la Unión para solicitar dinero para ejercerlos durante el 2020. No sé si ellos saben en qué país viven, pues en México en estos momentos donde hay crisis por todos lados es inconcebible que pidan cantidades exorbitantes que al final solo sirva para promoverse rumbo a las elecciones. Si fueran mexicanos de corazón y no de bla, bla, bla se rebajarían sus entradas en un buen porcentaje. Por eso México está como está.