Editorial
Según las constantes entrevistas de radio y televisión, desde el arribo de Morena el Senado es la casa de los mexicanos, donde la democracia se construye con austeridad, eficacia y transparencia. Tales afirmaciones no pasan ni como broma. Es más bien un insulto cínico a la población. Creo que ni siquiera ellos mismos pueden creer semejante mentira. Los spots de radio tanto de senadores como de diputados son por completo inútiles, increíbles, innecesarios e infames. Sus acciones distan muchísimo de lo que pregonan al aire y sólo ellos son capaces de enorgullecerse públicamente por decir que están trabajando. Millones de mexicanos nos levantamos todos los días a lo mismo y no tenemos por qué andarlo presumiendo públicamente, pues es nuestra obligación, para eso nos pagan. Se debe demostrar el trabajo con acciones, con hechos, no con palabras caras al aire. El aire mismo se las lleva y sólo dejan un gasto que bien podría haberse aplicado en beneficio de algo útil.