*La activista y recién galardonada con la presea “Sentimientos de la Nación”, María Luisa Garfias, demandó la intervención del Secretario de Gobierno, Florencio Salazar, para poner un “hasta aquí” al clérigo; reprocha al gobierno por no haber manifestado un pronunciamiento contra las declaraciones del católico; lamenta la falta de resultados para dar con responsables de homicidios de mujeres; la diócesis Chilpancingo-Chilapa culpa a la prensa de las declaraciones del clérigo
Chilpancingo de los Bravo, Gro., 24 de Octubre de 2018.- Ante las recientes declaraciones del obispo de la Diócesis Chilapa-Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, la activista y recién galardonada con la presea “Sentimientos de la Nación”, María Luisa Garfias Marín, pidió la intervención del Secretario General de Gobierno, Florencio Salazar Adame, para poner un “hasta aquí” al clérigo.
Lo anterior fue expresado por la activista durante la sesión de la Comisión de Enlace y Promoción de la Participación Ciudadana, a la cual asistieron líderes de diversas ONG`s, representantes de organismos de derechos humanos, y el titular de la Secretaría General de Gobierno, Florencio Salazar Adame.
La feminista reprochó al gobierno del estado no haber manifestado un pronunciamiento luego de que el obispo declarara que las mujeres que han sido asesinadas en Guerrero “no andaban precisamente en misa” y que muchas de ellas se dedicaban a la prostitución, que tenían vínculos con grupos delictivos o eran “halconas”.
“Yo pensaba que el sistema iba a actuar de manera inmediata cuando el señor Salvador Rangel empezó a hacer una serie de declaraciones que violentan los derechos de las mujeres y me encuentro con que este sistema, que ha hecho ocho mil y tantas acciones de sensibilización, no ha hecho absolutamente nada, no ha hecho ni un pronunciamiento para que este señor rectifique su conducta”, reclamó la activista.
Pues consideró que las declaraciones del clérigo violentan los derechos humanos de las mujeres, por lo que sugirió al obispo pedir una disculpa pública por sus comentarios “misóginos y machistas”.
En tanto, instó al Secretario General del Gobierno, Florencio Salazar Adame, mediante un documento firmado por más de 160 mujeres del estado de Guerrero y 120 organizaciones, intervenga para poner un “hasta aquí” al clérigo.
“No podemos permitir que ante un contexto de violencia hacia las mujeres alguien venga y agite más las aguas de la violencia, y tiene que ser un llamamiento público, no por teléfono, un llamamiento público porque la violencia ha sido pública. Nos han discriminado, nos han violentado y ahora resulta que un señor que se dice representante de Dios, que habla de la paz, viene y nos violenta”, externó.
Por otra parte, las feministas también reprocharon al funcionario la falta de resultados para dar con los responsables de los homicidios de mujeres en Guerrero, casos que han ido en aumento en los últimos meses pese a la Alerta de Violencia de Género decretada en ocho municipios de la entidad.
Por ello, las feministas urgieron a las autoridades y a los diputados de la 62 legislatura reformas a la constitución local para frenar los feminicidios y castigar a los culpables.
DIÓCESIS CHILPANCINGO-CHILAPA CULPA A LA PRENSA DE LAS DECLARACIONES
La diócesis Chilpancingo-Chilapa dijo que la culpa la tiene la prensa por “tergiversar” las declaraciones de su Obispo, Salvador Rangel Mendoza, luego que, en los últimos asesinatos de mujeres en la entidad, el católico ha dicho que las féminas fueron asesinadas, “precisamente porque no andaban en misa o en la catedral”.
A través de un comunicado, con fecha del 23 de octubre del 2018, el obispado Chilpancingo-Chilapa, indica: “en relación a las recientes declaraciones y acción pastoral de nuestro Obispo Salvador Rangel Mendoza esta Oficina de Prensa, quiere dejar en claro algunos puntos que se han venido publicando en los distintos medios. Nos causa una profunda extrañeza que algunos medios de comunicación social, locales y nacionales, hayan tergiversado las palabras de nuestro Obispo, sacándolas de contexto, y dándole un significado contrario a la misma vocación de la Iglesia, que es acoger a todos sus hijos (mujeres y hombres)”.
Todo responde a las publicaciones que ha hecho la prensa ante las declaraciones emitidas del obispo; la primera fue el 17 de octubre cuando Salvador Rangel expresó que las mujeres que han sido asesinadas “precisamente no andaban en misa o en la catedral”, aunque recalcó que no es una situación generalizada y que hay que estudiar casos como el de la oftalmóloga asesinada en Acapulco.
Posteriormente, el 20 de octubre al concluir una marcha en Chilpancingo contra la penalización del aborto, el obispo dijo que su declaración anterior se refería a “que muchas mujeres están involucradas en el narcotráfico, en la prostitución, sirven de ‘halconas’ y mucha gente que está ahí pierde la vida” y, en esa ocasión, según el obispo, su declaración “se salió de contexto”.
En el comunicado de la diócesis de añade, “creemos que el drama de la desinformación es el desacreditar al otro, el presentarlo como enemigo, hasta llegar a la demonización que favorece los conflictos. Las noticias falsas revelan así la presencia de actitudes intolerantes e hipersensibles al mismo tiempo, con el único resultado de extender el peligro de la arrogancia y el odio. A esto conduce, en último análisis, la falsedad”, concluyó. (Por Avigaí Silva/ Baldemar Gómez)