Editorial
El pasado 8 de noviembre, AMLO declaró sobre la boda de Santiago Nieto y Carla Humphrey, fue “Un asunto escandaloso”. A los servidores públicos les pidió evitar ese tipo de “situaciones” y conducirse con austeridad. No está mal el goce humano de quien va a Europa, de quien se arroja en paracaídas, de quien pasea en Las Vegas, de quien puede disfrutar una buena comida, al final los goces humanos ayudan a engalanar esta maravilla que puede ser la vida. Y la fórmula podría ser sencilla: por cada viaje, la ayuda a una comunidad; por cada festejo, el apoyo a un enfermo sin recursos; por cada comilona, un donativo a una institución de asistencia. Sería una fórmula efectiva, perfecta. Si, como un balance fundamental, cada premio trajera un nuevo compromiso, cada disfrute un acto solidario, cada concierto un donativo, cada vacación un apoyo a comunidades en desventaja, este País y este mundo podrían solucionar sus problemas. Sólo entonces estarían bien las clases sociales hablando de celebraciones exóticas y goces insuperables, porque estaríamos seguros de que, en cada página, se celebraría también un acto de justicia social, una comunidad apoyada, un enfermo patrocinado en su búsqueda de salud. En quienes poseen el 2% de la riqueza existen las respuestas para hacer de éste un País más habitable.
