Por César González Guerrero
El conocimiento se adquiere mediante un proceso natural del ser humano a lo largo de su desarrollo, y el gusto por la lectura creo yo, es la base fundamental para su fortalecimiento. La curiosidad y a veces el morbo, es lo que motiva la investigación para encontrar la verdad de las cosas.
De acuerdo con mi modesta experiencia, es necesario valorar la posibilidad de Fundar la Hemeroteca del Estado de Guerrero.
Cuando a mis 6 años de edad en 1960, al inicio de mis estudios de Primaria, conocí la existencia de las Revistas empecé a observar las imágenes y textos de su contenido, sin saber ubicar la temática, pero sí me motivó para aprender a leer lo más pronto posible y de esa manera comprender lo leído y observado. Gracias a las Revistas de esa época: Kaliman, Memin Pinguin, Hermelinda Linda, Lagrimas y Risas, El Libro del Vaquero, Los Supersabios, Alarma, Aventuras de Capulina, Archie, Chanoc, Tarzan, El Llanero Solitario, por mencionar solo algunas, fui adquiriendo el gusto por la lectura y hasta la fecha no puedo dejar de hacerlo.
Fue en agosto del año 1967, cuando siendo estudiante de Secundaria en Acapulco, a la edad de 13 años tuve la oportunidad de conocer la novedosa existencia de los periódicos, trabajando como voceador o vendedor de los diarios de la época: La Verdad de Guerrero, Trópico de Acapulco, Revolución de Acapulco, Sol de Guerrero, El Grafico, etc. Precisamente frente a las oficinas del Trópico, diariamente nos reuníamos 10 o más jovencitos a las 5 de la mañana tratando de que nos vendieran algunos periódicos para salir a las calles y ganar unos centavos o pesos.
Había una persona con quien mi padre me había recomendado, no recuerdo su nombre, quien era el responsable de concentrar todos los diarios ya mencionados para distribuirlos de acuerdo con nuestra capacidad de pago y de venta, desde las 5 hasta las 12 del día. Por supuesto que para “gritar” lo más importante de la noticia teníamos que revisar y leer todo el contenido y así convencer a los posibles compradores. Con las prisas y con el propósito de terminar la venta de periódicos antes de la una de la tarde, varias ocasiones, tuve que regalarlos o depositarlos en el bote de basura los que no pude vender. Obviamente en lugar de ganar perdía.
En esa época aprendí que los periódicos y revistas son documentos muy importantes para la sociedad en general, muy valiosos en la vida de cualquier país, que coadyuvan al desarrollo del mismo, debido a que la información que contienen, posteriormente, son parte fundamental de la historia. Mucha gente compraba el periódico y con mucha dedicación e interés disfrutaba de las noticias. Ahora parece que la modernización, tecnología y la situación económica han cambiado la cultura y el amor a la lectura. Que lamentable.
También aprendí que los funcionarios y empleados, los individuos en general, gastan parte de su dinero en un tema de mayor relevancia, como es el hecho de estar informado de los acontecimientos locales, nacionales y mundiales, para que al final de cuentas esos documentos se conviertan en basura. O sea, es un gasto útil pero a la vez inútil. A alguien le sirve para formarse criterios y tomar buenas decisiones; otros solo por la costumbre de leer o por distracción, que también es bueno.
Ya en la ciudad en México en 1971, antes Distrito Federal, como estudiante de Vocacional, cambie mi rol de vendedor a comprador de Periódicos y Revistas. Primero con el interés en temas deportivos comprando el diario Esto, las Revistas Box y Lucha, Balón, Futbol, etc.
Como estudiante de la licenciatura en Economía en 1973, cambió drásticamente mi afición a las lecturas, ahora comprando y coleccionando los Periódicos Excélsior, Unomasuno, La Jornada, El Universal, El Heraldo, etc., y adicionalmente la Revistas ¿Por qué?, Plural, Impacto, Siempre, y muchas más, así como todas las revistas de contenido ideológico de la URSS, China, Japón, Alemania, etc.
Seguramente muchos guerrerenses como es mi caso, en nuestras respectivas actividades laboral-profesional, logramos reunir Periódicos y Revistas que datan de años atrás, y estamos dispuestos a donar a la Dependencia que se haga responsable de coordinar este esfuerzo de fundar la Hemeroteca Guerrerense.
Esperamos haya una institución gubernamental interesada en la Creación de la Hemeroteca del Estado de Guerrero, y hacer realidad las gestiones que en su momento encabezaron mis amigos entrañables: maestro Hermilo Castorena Noriega, licenciado Juan Pablo Leyva y Córdoba, Dr. Fernando Lasso Echeverría, maestro Jaime Solís Robledo, licenciado Juan Alarcón Hernández, maestro Arturo Nava Díaz, Contador Rafael Domínguez Rueda, maestro Félix Manuel Villela, maestra Magdalena Vázquez, maestra Francis Pino y maestra Haydee Colmenares, entre otros.
La propuesta sigue pendiente, esperando que esta nueva gestión gubernamental sí se interese en fundar una digna Hemeroteca del Estado de Guerrero, que deberá servir como un centro de investigación histórica, a la altura de las circunstancias que exige la sociedad.
El material hemerográfico posiblemente existe en los archivos de todas las editoriales periodísticas y las oficinas de gobiernos que compran todos los días periódicos y revistas: Federal, Estatal y Municipal, y en las hemerotecas personales de quienes toda su vida han acumulado esta importante información; solo falta la voluntad de las autoridades educativas y culturales para concentrar, ordenar y clasificar y así, de esa manera, apoyar la investigación documental que tanta falta hace en este País, en el Estado y en sus Municipios. Ya veremos.
