Editorial
Solo en un país tan surrealista como México suceden cosas inverosímiles. Al contrario de lo que opinan los gobernantes, legisladores y demás aparato gubernamental, las instituciones son cada vez más corruptas, no confiables y débiles. Los partidos políticos son corruptos y viven holgadamente del dinero de todos los mexicanos. Las prerrogativas que se auto designan son una majadería para todos los mexicanos. Lamentablemente, seguimos teniendo muchos partidos que siguen viviendo de las prerrogativas, como son el PAN, PRI, PRD, PVEM, PT, MC y Morena. El Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación y la Suprema Corte, también han demostrado tener su parte de corrupción, ambición y demagogia. La Fiscalía General de la República, por fin, demuestra algo de dignidad al proceder contra Ricardo Anaya por enriquecimiento ilícito, pero los panistas lo defenderán a capa y espada.