Editorial
La democracia es una forma de Gobierno que puede prescindir de los partidos políticos, que han dejado de ser útiles para instrumentar el progreso nacional. En las elecciones pasadas se incorporó la figura de los ciudadanos “sin partidos y sin candidaturas” en las boletas. En los comicios pasados, Édgar Palomino logró ganar el ayuntamiento Cucurpe, Sonora, sin estar registrado como candidato ante el INE. Tras ser rechazado por los partidos tradicionales, hizo campaña para que los votantes pusieran su nombre en el recuadro blanco para candidatos no registrados y logró imponerse. Aunado a los candidatos independientes, esta figura se suma la boleta electoral que cuantifica el rechazo ciudadano hacia los partidos, con castigo directo sobre el presupuesto asignable. Ante el podrido sistema de partidos y la cada vez menos credibilidad hacia los partidos políticos y sus representantes, se debería de dar más promoción a esta figura para destacar adicionando ideas para llegar a una mejor democracia.