Editorial
Todos los días escuchamos a los políticos y gobernantes de nuestra entidad dar cifras en cientos y miles de millones de pesos: han perdido toda noción de la realidad de lo que están comunicando. Como no es dinero suyo, pueden decir que falta, que se perdió, que no lo encuentran o que fue malversado por administraciones anteriores. No olvidemos carreteras mal planeadas, sistemas para tratar aguas negras que no funcionan, puentes que se caen o vialidades perfectamente mal hechas: todos tuvieron un responsable mientras se llevaban a cabo. Lo que debería pasar con estas personas que hacen malos manejos de nuestros impuestos es que devuelvan hasta el último centavo de lo que se robaron, perdieron, malversaron o destinaron a obras inútiles y mal hechas. No que acaben en la cárcel, las cárceles están sobrepobladas, sino que lo devuelvan todo y si se quedan en la calle, que esa sea la consecuencia de sus actos.