Editorial
La educación es un bien público de alta prioridad que corresponde atender al Estado mexicano, pero que debe hacer con calidad para que sirva en la formación de recursos humanos y como vehículo de movilidad social. El modelo educativo a distancia que se implementó por no existir condiciones para dar clases presenciales por la pandemia del Covid-19, no funcionó y de cada diez alumnos, solo el 3 por ciento cumplió con cubrir los horarios de la barra programática virtual. Esto contradicen los altos fines y confirman lo que es vox pópuli: el fracaso de las clases virtuales de México. Hay que reconocer los esfuerzos del gobierno federal, ya que debemos recordar que, los últimos gobiernos se dedicaron más a resolver lo urgente que a atender lo importante: llamar a todos los maestros, activos y jubilados, a formar una gran cruzada nacional por la educación como hace muchos años lo hizo José Vasconcelos.