Editorial
Todos sabemos que la educación es la base y crecimiento de cualquier país. Pero nuestros gobernantes han cedido ante todas las demandas de algunos pseudomaestros, y así, nuestras futuras generaciones se sumirán en la ignorancia, el olvido y la pobreza. Tenemos un país lleno de la violencia, cautivos de grupos delincuenciales que buscan desestabilizarlo, de grupos pagados que nos impiden a los que queremos trabajar progresar, así como cautivan a los menores reclutándolos en sus filas, para que sirvan como “carne de cañón”. Tenemos un país agobiado por la corrupción de la clase política. Queremos tener un país que progrese, que se eduque, con gobernantes que enfrenten y solucionen los problemas que aquejan a nuestra nación. Que tengan suficiente autoridad para solucionar, de una vez por todas, los problemas que venimos arrastrando y que demandan solución inmediata. Queremos gobernantes fuertes, sinceros y honrados; nuestro amado México y nuestra juventud se lo merecen.
