Editorial
Desde hace unas semanas arrancaron las campañas para los candidatos a los distintos puestos públicos en Guerrero, donde sobraron las ofertas de los pretensiosos a vivir del erario público. Lamentablemente, una de las principales características del estilo de las campañas políticas en México es el juego rudo, el de artimañas sucias que, más que proponer buscan ensuciar al de al lado. Un ejemplo claro de ello es que, de los 21 mil 383 cargos públicos que se definirán en las elecciones del 6 de junio en México, muy pocos han transparentado información para que los ciudadanos se informen sobre lo que ofrecen y decidan por quién votar. Pero esto no es un hecho característico de esta campaña, pues desde hace años ya se va viendo que nuestros políticos no tienen nada que ofrecer a los ciudadanos. Nos referimos a propuestas y planes que de verdad cambien la realidad del país. No se trata de propuestas populistas como las de varios candidatos de conocidos partidos de Guerrero.
