Editorial
Es lamentable que la Secretaría de Energía solo proponga, mas no exija, que las empresas gaseras que operan en México inviertan más en materia de seguridad, después de las catástrofes que se han registrado. Estas compañías y los trabajadores del sector han vivido siempre en la impunidad, pues un ejemplo es que en Chilpancingo es común observar que las gaseras entregan cilindros caseros semillenos (ordeñados) y que parte de los tanques estacionarios es llenado de aire y no de gas, según el tamaño, sin que la Profeco sancione dichas prácticas. Ojalá que pronto se realice una Consulta Ciudadana para proponer a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (CONAMER) someter a disposiciones administrativas que obliguen a los permisionarios de distribución de gas LP a incrementar las inversiones en operación, mantenimiento y capacitación. Aunque, lamentablemente sabemos que estas prácticas fraudulentas no se evitarán por más capacitación que reciba el personal, pues la impunidad en ese tipo de transa es una minita de oro para la infinidad de trabajadores de pipas y repartidores de cilindros.