Editorial
Cuánta falta nos hace el Varón de Cuatro Ciénegas, don Venustiano Carranza. Ojalá gobernara un estado tan complicado como Guerrero, por ser uno de los personajes de la historia mexicana, quien como uno de sus objetivos a los cuales entregó su vida fue el respeto a la Constitución, estimando, con toda razón, que en el respeto a ella estaba nuestro futuro. Y uno de los puntos básicos de la Carta Magna es el seguimiento a las normas democráticas, o sea, el acatamiento fiel a la voluntad de la mayoría, la cual se manifiesta con votos y no con bloqueos y presiones absurdas, quizá adecuadas para la época de las cavernas, pero indignas en toda nación civilizada. Ojalá esos grupúsculos que toman carreteras, bloquean calles y cierran oficinas públicas para presionar a las autoridades a que les entreguen prebendas, recapaciten y les nazca el interés de que convirtamos a Guerrero no en un simple botín de intereses personales, sino en un recordatorio de que en la vida constitucional auténtica está el futuro de nuestra entidad.