Editorial
Desde el inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el gobierno federal desapareció la SEDESOL para crear la Secretaría del Bienestar, con el objetivo de buscar eliminar, o al menos reducir, la pobreza que viven 65 millones de mexicanos con becas como la “Benito Juárez”, “Jóvenes Construyendo el Futuro”, “Pensión Bienestar”, programa “Sembrando Vida”, entre otras. Este tipo de programas sociales son buenos, pero no es lo único en lo que debe enfocarse el gobierno federal. Parte de equilibrar el reparto de la riqueza entre las personas radica en las reglas que impone el gobierno federal. Actualmente, en el rubro de los impuestos, son las personas con los salarios más bajos las que tributan más, lo que sin duda influye para que los que más ganan acumulen más y los que tienen menos se quedan con cantidad aún más bajas. Los programas no son la medida de la que se debe valer el gobierno si de verdad quiere combatir la pobreza.