Por César González Guerrero
El estado de Guerrero, dividido en 7 regiones socioeconómicas y 81 municipios, desde su creación en el año 1849, presenta situaciones desiguales muy marcadas, tanto en lo geográfico, social como en lo económico que, a nivel nacional está colocado en los tres primeros lugares de pobreza, compitiendo solo con Oaxaca y Chiapas. Por supuesto esta ubicación la determinan las estadísticas oficiales, y parece no tiene para cuando salir de ese cuadro nada honroso.
Es por ello que ahora, los Guerrerenses en general y costachiquenses en particular, en el contexto de una nueva visión estratégica que se presenta en el país para terminar con este rezago histórico, reiteran a las autoridades federales la urgente atención a la problemática, de acuerdo con las prioridades que a su vez determinen. Porque se debe reconocer que son tantas las necesidades que posiblemente no saben por dónde empezar. Pero más, en fin, la expectativa generada por un discurso diferente hace que los costachiquenses en lo particular, mantengan sus esperanzas de solucionar si no todos, los principales problemas que aquejan a la mayoría de los ciudadanos.
Tal vez sea innecesario hacer este comentario en virtud de que es un tema bastante conocido por las instancias respectivas, pero más vale insistir para que no se olvide que es un asunto de mayor interés para los costachiquenses y el público en general que nos visita.
Y es que el desarrollo de los pueblos se observa en la calidad de vida de la población, a través de los principales indicadores económicos, producto de los servicios elementales para el desarrollo humano, destacando el desarrollo económico y social.
A esta fecha, en lo Económico no se observan políticas públicas que permitan optimizar los recursos y alcanzar mejores porcentajes de utilidad y calidad en la producción agropecuaria, creación de empleos bien remunerados, instalación de empresas e industrias productivas, instituciones crediticias y financieras que fomenten y apoyen realmente la productividad y por supuesto, la capacidad profesional y honesta de los responsables de aplicar dichas políticas o programas oficiales. De la misma manera, creo se debe considerar el rescate y fomento del cooperativismo como una forma de estrechar los lazos del trabajo comunitario y solidario en todas sus formas.
En el aspecto Social la Región Costa Chica, como quizá el resto de las regiones, requiere de una mejor infraestructura de comunicación carretera, caminos y puentes, inclusive en el otorgamiento del servicio gratuito de las nuevas tecnologías como el Internet; proyectar la construcción de pistas de aterrizajes y aeropuertos; modernización y mantenimiento frecuente a las instalaciones de energía eléctrica y alumbrado público; fortalecer el desarrollo de nuevos polos turísticos como Playa Ventura con planeación oportuna. La Seguridad Pública requiere de una atención especial con personal actualizado y equipamiento moderno; en materia de Salud es una prioridad que implica la instrumentación de programas diversos, pero también de un equipamiento moderno, abasto de medicinas suficientes y atención a las enfermedades con personal especializado.
Hay otros temas como el agua potable, drenaje y alcantarillado, construcción y equipamiento de escuelas de todos los niveles, que requieren de mencionar en este trabajo, lo limitado del espacio no nos permite, pero, sin duda, las autoridades gubernamentales de los tres órdenes, ya lo saben.
En términos generales, es urgente elaborar un Plan Nacional de Emergencia para el desarrollo de Guerrero y la Costa Chica, si es que aún se continúa aplicando el eslogan de campaña: primero los pobres.
Que conste, si destacamos a la Región Costa Chica es porque conocemos el gran potencial que se tiene en recursos naturales, para aportar un buen porcentaje al Producto Interno Bruto de la economía nacional y estatal, además que existe gente dispuesta a trabajar por el desarrollo de esta rica región. La Costa Chica se lo merece. Ya veremos.