En la contienda por gobernar Chilpancingo los próximo tres años predomina la participación de candidatos traidores y “chapulines”, pues por lo menos ocho de los más 10 aspirantes que buscan estar en la boleta de la elección del año 2021, dejarán un cargo de elección popular antes de concluir formalmente su periodo.
A un mes de que inicie oficialmente el proceso electoral, la dirigencia estatal del PRI renovó los comités municipales en Guerrero. Esto provocó que hace unos días volvieran a la vida personajes del “viejo” tricolor que se consideraban muertos políticamente.
Como en cada proceso, llamó la atención que se hagan visibles aspirantes que ya han sido candidatos por otros partidos, o peor aún, que han ejercido cargos públicos o de elección popular representando a fuerzas políticas distintas a las que les dieron nuevo cobijo. Y también, como cada proceso, se han llenado de insultos y descalificaciones entre la militancia: políticos oportunistas, sin identidad ideológica, chaqueteros, traicioneros y cualquier cantidad de amistosos adjetivos.
Luciendo despampanante, comienza a desfilar por la dirigencia del PRI el flamante exsecretario de Finanzas, del defenestrado gobernador de Guerrero por el PRD, Ángel Aguirre Rivero; Jorge Salgado Leyva.
Dicen en los corridillos del tricolor, que al funcionario del círculo cercano del exgobernador perredista y repudiado por los acontecimientos de Ayotzinapa en Iguala, ya proyecta a su hijo, el diputado priista y experredista, Jorge Salgado Parra, para lograr la candidatura a la alcaldía de Chilpancingo.
En tiempos electorales, estas expresiones son muy comunes. En los partidos políticos, como una reacción a lo que asumen como una traición interna y la necesidad de descalificar a su eventual adversario; y en el electorado, porque asumen que esos políticos, al no encontrar respuesta a sus intereses dentro de su partido, no tienen el menor pudor en irse a otro para continuar pegado a la ubre presupuestal.
La fidelidad ha vuelto a apoderarse del PRI. Los viejos operadores de Ángel Aguirre están de regreso y su voz podría tener nuevamente un peso específico en la asignación –hay quien acusa de venta y negociación- de las candidaturas. Por ello, podríamos ver las mismas caras utilizando los mismos métodos, con el riesgo de obtener un resultado históricamente adverso, si el tricolor no encamina a otorgar la candidatura a un personaje fresco, que tenga acercamiento con su militancia y fiel a su partido, es decir, “un hombre de partido”, parafraseando a los ilustres.
