Editorial
Es sumamente notable el bajo crecimiento económico que está teniendo Guerrero, como consecuencia de la pandemia del Covid-19. Nuestra entidad siempre ha sido un estado pobre. A la fecha no ha podido superar los problemas y daños que la violencia le provocó y ahora se suma la contingencia sanitaria. La única diferencia con el México de hace unos cinco meses es que quitaron el velo de los ojos de muchas personas que estaban esperanzadas en un partido político o personaje. A la par de la violencia e inseguridad, el país se encuentra en un serio problema de crecimiento económico. Y es de sorprender que las autoridades vean las cosas de forma unilateral, pues la pandemia, la violencia y el bajo crecimiento económico están encadenados. Basta con recordar que, en Semana Santa, las fechas festivas y las vacaciones de verano, las playas de Acapulco lucieron prácticamente desérticas, ni los visitantes más fieles como son los de la CDMX hicieron presencia, todo porque tienen temor de enfermarse. Urge actuar, porque estamos matando la gallina de los huevos de oro.