Editorial
Aunque en nuestro País, la Carta Magna contempla que la educación es gratuita, en los hechos la situación se vuelve irregular. Lo anterior, debido a que miles de padres de familia tiemblan al escuchar todo lo relacionado con el pago de certificados y trámites de títulos en las escuelas. Aunado a que ya viene el inicio del ciclo escolar, donde se espera desde las famosas cooperaciones “voluntarias”, que resultan ser más obligatorias, hasta la compra de útiles y uniformes escolares para este regreso a clases. Cada inicio escolar se convierte en una situación preocupante e inalcanzable para más de la mitad de las familias mexicanas que viven en la pobreza; representa para las familias de escasos recursos un gasto que rebasa su capacidad económica. Es necesario que las autoridades determinen esquemas de apoyo para las familias, ya que, debido a la insolvencia económica provocada por el Coronavirus, muchas acuden a créditos que en poco tiempo se vuelven impagables.