Editorial
Autoridades de migración estiman que anualmente más de 47 mil niños intentan cruzar la frontera con Estados Unidos y vivir su sueño americano. La cifra es alarmante, y aunque ahora por la pandemia del Coronavirus el flujo se ha reducido, cuando la contingencia sanitaria se levante y la inminente crisis económica alcance a los mexicanos, aumentarán los infantes que son empujados a dejar su tierra por las circunstancias de pobreza. Estos pequeños tendrían que estar estudiando, preparándose para ayudar al desarrollo del país, pero no es así. Seguramente toman la decisión de emprender este viaje, del que quizá no habrá regreso (muchos morirán en el camino y otros más lograrán cruzar, pero tal vez ya no regresen a México), porque sus padres no tienen la posibilidad de mantener del todo a la familia. Hay que agregar que el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha creado oportunidades a través de becas a estudiantes durante su administración, pero hay poco que celebrar porque no es suficiente. Aún se requieren más oportunidades en el país, especialmente en las regiones que rodean las grandes urbes.
