Editorial
El monstruo de las inundaciones ha estado en Guerrero desde tiempos inmemoriales, pero de un tiempo acá ha ganado terreno entre las personas. Digamos que se ha puesto en boga. Cada vez los focos de alerta se encendían con mayor frecuencia y no fue sino hasta que un día la tormenta “Manuel” en el año 2013 agarró a nuestras autoridades con los calzones a bajo y causó serios estragos en los habitantes. Ahora, se avecina una nueva temporada de lluvias, nueva temporada de inundaciones, entre otras causas, una que bien podría evitarse si se iniciara una campaña que impida tirar la basura en las calles desde ahora. ¿Por qué tiene Guerrero que ser un basurero? ¿por qué no se crea consciencia y medios para que la gente no tire la basura en donde sea? El negocio de la basura sería el mismo, pero más ordenado. Basureros fijos para que no se los puedan robar y recolección de basura eficiente. En cuanto a ¿qué hacer con la basura?: compactarla y usarla para crear energía que ilumine las calles, es una buena opción. Habrá que tomar las medidas necesarias para prevenir más y lamentar menos para cuando se levante la cuarentena por el Coronavirus.