*Llora por ayuda y pide que se haga viral su caso, ya que se queda sin comer varios días, por darle a su hija que padece epilepsia y parálisis
Por Rangel Ventura
Atoyac de Álvarez, Gro., 15 de Abril de 2020.- En condiciones inhumanas y postrada en el piso sin ningún tipo de apoyo de los tres niveles de gobierno, es como vive Eugenia Barrientos, quien padece epilepsia y parálisis en todo el cuerpo, y su único sustento es su padre Pedro Barrientos Navarrete, un ancianito que por su avanzada edad le impiden trabajar.
En una casa de adobe ya muy deteriorada, cerca del Centro de Salud de la comunidad de El Ciruelar y junto a un desnutrido periquito, se encuentra la muchacha que sufre parálisis y al parecer le dan ataques epilépticos, ella vive con su papá Pedro Barrientos, un señor de la tercera edad quien está enfermo también y aunque tiene miedo a la pandemia del Coronavirus sale a buscar cualquier trabajo para comer.
Don Pedro cuenta con tristeza a OBJETIVO Diario que vive al día, vende leña para subsistir ya que por su edad ya no lo emplean ni goza de ningún apoyo social por parte de las autoridades, aunque los Servidores de la Nación lo han censado para recibir Pensión del Bienestar nunca ha salido beneficiado, “No me llega nada, y a veces son los vecinos los que me ayudan para poder sobrevivir con mi hija que depende de mí”, narró.
Señaló que en varias ocasiones ha acudido al ayuntamiento y acercado con funcionarios –no recuerda los nombres- pero siempre le dicen que sí, que se aguante, aunque nunca recibe ninguna ayuda, por lo que diariamente tiene que cargar con su hija en brazos porque no tiene silla de ruedas, tampoco cama y la carga para hacer sus necesidades como hacer del baño, bañarse y le da de comer, “yo muchas veces me he quedado sin comer por darle a ella, como quiera yo ya estoy viejo”, ataja don Pedro, quien a estas alturas de la entrevista ya llora desconsoladamente de recordar lo que ha pasado.
A paso lento y con la mente en su hija sale a cortar leña, es el único sustento para él y su hija. En ocasiones, con las pocas habilidades físicas que le quedan, producto de los años, caza algunos animales de monte para solventar el hambre de ambos, aunque tiene que regresar a prisa pues su hija se desespera si no lo ve, “porque luego quiere ir al baño o se espanta, por eso le dejo el periquito”, señala.
Agrega: “Con la sonrisa que ella me da, me da fuerzas y hace que todo el esfuerzo valga la pena”, dice don Pedro filtrando una leve sonrisa.
“Geña”, como de cariño le dicen a Eugenia y don Pedro, piden que su caso se haga público, para que llegue a oídos del presidente Andrés Manuel López Obrador, “Porque sabemos que nuestro presidente se preocupa mucho por los más necesitados, a ver si ahora sí salgo en el censo”, dice en alusión a la Pensión del Bienestar.
Desde este espacio, suplicamos a los lectores de este periódico que se solidaricen con esta familia, ya que necesitan medicamentos, cama, colchón, despensas, material para reparar su hogar y muchas cosas más.
Quienes tengan posibilidades de ayudar, pueden acudir a visitarlo la comunidad de El Ciruelar, cerca del centro de salud. Los que por su condición económica o distancia no pueden apoyarlo, pueden compartir esta publicación o etiquetarla a funcionarios sin ánimo de lucrar políticamente, para que llegue a manos del gobierno federal y pronto don Pedro y Geña sean incluidos en los programas de pensión de adultos mayores y de personas con discapacidad. (OBJETIVO Diario)