Editorial
Debido a la contingencia por el Coronavirus Covid-19 organizaciones campesinas han reconocido que este año podría volver a retrasarse la entrega del fertilizante en municipios de Guerrero, por lo que se vaticina un nuevo escenario adverso para los productores de maíz. Sería acertado que el gobierno federal prepare una reforma para el campo ante el escenario de los territorios poblados de mujeres porque los hombres tienen que ir a trabajar a Estados Unidos y la crisis en el maíz agudizará la situación. Aparte de este problema social, nos enfrentamos a que las tierras quedan abandonadas y las familias dependan de las divisas enviadas por los migrantes, según le vaya en la unión americana. Tan solo en Guerrero existen familias que siempre cultivaban sus terrenos con maíz, pero que a fin de cuentas decidieron radicar en USA porque la falta de apoyos los orilló a irse ante la ironía de que, por otra parte, se apoyaba con recursos gubernamentales a quienes ni participaban en programas, solo con poner un letrero oficial en sus ranchos. Esperemos que con la depuración de los padrones, ahora sí el insumo llegue a los verdaderos campesinos.
