Editorial
Cada vez son más recurrentes las muestras de la falta de cordura de la sociedad y el mundo de locos en el que nos desenvolvemos. Uno no requiere más que meterse en sus redes sociales y ¡zas!, ahí aparecerán las historias de las vidas y decisiones que estamos llevando. Para demostrarlo bastan estos dos ejemplos. El primero: una mujer en la Ciudad de México secuestra a una niña, la cual se lleva con engaños a su domicilio para que su esposo la viole; posteriormente la asesina y finalmente arroja su cuerpo desnudo. El segundo: hace un par de años en Pakistán las autoridades acusaron a un niño, de solo nueve meses, de homicidio. En el primer caso podemos decir que la sociedad parece carecer cada vez más de escrúpulos y moral. En el otro, solo hay falta de lógica. El problema es qué tan mal deben estar las personas para que les falten moral, escrúpulos y lógica.