Editorial
A pesar de que se cree que la esclavitud en el mundo se ha terminado, incluso se hacen filmes retomando el pasado como escenario (un ejemplo es la película “12 años esclavo”), en México, específicamente en Acapulco se han dado a conocer casos de turistas canadienses que buscaba comprar menores con fines sexuales. En la región Montaña de Guerrero casos como estos son muy constantes pero poco publicitados, tanto como que ofrecen a las niñas indígenas a cambio de un cartón de cervezas o una vaca. Para peor, contamos con autoridades judiciales endebles, ya que a pesar de que existen casos en que las menores agraviadas han logrado escapar antes de que sus padres llevaran a cabo la venta; una vez que son denunciados los casos, los flamantes jueces devuelven a las menores con sus padres, dejando vigente la posibilidad de que se lleve a cabo la venta nuevamente. No cabe duda de que aún hay autoridades que no tienen ni la capacidad ni el criterio para ejercer su trabajo.
