Editorial
Los mexicanos estamos viviendo un momento económico familiar muy difícil debido, entre otras cosas, al alza inmoderada de los impuestos, de los servicios o del transporte público, que nos obliga a reducir nuestro consumo de la canasta básica, observando que, como contraprestación, el Gobierno nos brinda inseguridad, polución atmosférica, calles llenas de baches, marchas y manifestaciones que muchas veces nos obliga a llegar tarde a nuestro trabajo y produciendo gran demora en los servicios de emergencia. Y para peor, ya ni de los bancos nos podemos confiar para pedir un préstamo y evitar la crisis, ya que los bancos en México son los más caros del mundo, cobrando comisiones de hasta 60 por ciento y ofreciendo solo 1.3 por ciento a ahorradores con instrumentos de captación o hasta 4.5 en Cetes a 28 días. Por eso muchos tenemos la impresión de que el Gobierno es un ente sordo, ciego y abusivo que sólo busca la manera de obtener más dinero de aquellos contribuyentes que estamos en sus registros.
