Por Federico Lorenzana Arzeta
En el año de 1935 en la Región de la Costa Grande había 1 millón 535 mil 130 palmas de coco y en la Costa Chica se habían establecido 103 mil 130 palmas de coco, en total se contaba con 1 millón 638 mil 230 palmas que ocuparon 16 mil 382.3 hectáreas de suelos costeños; cuatro años después (1939) se cosechaban 3,500 kilogramos de copra por hectárea por año. Una palma de coco en plena producción produce al año 140 nueces de coco y cada coco proporciona 250 gramos de copra (Pulpa semiseca).
Hoy en día la producción se ve afectada por varias causas como: la edad de las palmeras, algunas con más de 70 años; por problemas de fertilización y manejo de la plantación y plagas como el mayate prieto; sin embargo, la plaga más dañina y que a nadie parece importarle, es el ácaro Aceria guerreronis Keifer que produce la roña del cocotero. Según registros del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (Inia) hoy Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) en 1962 la zona coprera de Guerrero se vio afectada por la roña del cocotero, la cual coincidió con el paso del ciclón “tara” a fines de 1961.
El Aceria guerreronis Keifer (ver fotografías) inicia el daño cuando el fruto tiene el tamaño de un limón y según los estudios realizados por el Inifap, cuando se establece la colonia de ácaros en la parte de color blanca o rosada que está debajo de las brácteas del fruto de coco, con sus pequeñas piezas bucales hieren la cáscara para alimentarse de la pasta suave y jugosa que brota. Al crecer las nueces de coco, las heridas quedan fuera de la protección de las brácteas y los hongos invaden la parte afectada. Poco después la cáscara se agrieta, se vuelve áspera formando la roña. Cuando el ataque de los ácaros y hongos que se desarrollan en la herida de los frutos es severo, pueden provocar la caída prematura.
Este problema ignorado por todos, causa la pérdida de 33 kilogramos de copra por cada 100 que se cosechan y para controlar este problema algunos productores hacen de 20 a 24 aplicaciones de agroquímicos al año. Sin embargo, si usaran el Hirsutella thompsonii Fisher, con solo dos aplicaciones y una de agroquímicos es posible controlar este daño. Producir el hongo aquí en Atoyac no costaría mucho y es mucho más seguro, solo hay que seguirle insistiendo a los tres órdenes de gobierno para lograrlo, y así con solo cuatro cocos obtendremos un kilogramo de copra y no siete como hoy lo hacen los productores. Algunas fotografías son tomadas de internet y otras de su servidor.
SIETE COCOS PARA UN KILOGRÁMO
