Editorial
Resulta una verdadera aberración que a los maestros jubilados que sí trabajaron durante muchos años de manera puntual brindando sus servicios, les estén “jineteando” sus pensiones por parte de los ayuntamientos que adeudan al ISSSPEG, mientras a los disidentes que realizan actos vandálicos les paguen puntual. Pero los más afectados por la CETEG son los niños pobres, cuya única opción es aguantar las ausencias y pésima preparación de los “maestros”. Los otros niños pueden ir a escuelas particulares o estudiar fuera de la entidad dominada por ésta. Algo que no se entiende es por qué el Gobierno federal siempre cede a las “negociaciones” propuestas por este sindicato, que no son más que chantajes. La única forma de alcanzar una educación eficiente y competitiva con el resto del mundo es con maestros preparados que presenten exámenes para saber si son aptos para tener un grupo a su cargo, que reciban preparación continua, dar por terminadas las plazas heredadas y pagos a maestros que no dan clases o que se dedican a fastidiar con sus eternos plantones y marchas a ciudadanos que sí trabajan.
