Editorial
Diariamente sufrimos la saturación del transporte público y el abuso de los costos en las tarifas de los taxis, sin duda un duro golpe a los bolsillos de los capitalinos, pero sobre todo de los guerrerenses, ya que por ser la capital del estado, esta ciudad es visitada por habitantes de todas las regiones que acuden a realizar trámites diversos a las dependencias de gobierno. Además de que también alberga a estudiantes universitarios, que en pleno inicio del ciclo escolar serán víctimas de algunos abusivos trasportistas. Para muchos es más que sabido que los universitarios viven al día. Casi la mitad proviene de familias que viven con menos de dos salarios mínimos, de tal manera que todo eso les impacta. En diciembre próximo quizás nos vuelvan a sorprender con el aumento de la tarifa de las urvans, sin duda, el aumento a la tarifa merma la calidad de vida de las familias chilpancingueñas en cuestión de ahorro, esparcimiento, alimentación, salud y educación. Por lo que esta coyuntura servirá a los capitalinos para plantearse la pregunta de si es tiempo de probar con una nueva modalidad de transporte, como lo sería el proyecto CHILPANBÚS.