Editorial
Con estos precios del petróleo que cada día baja más y provoca el alza del dólar, tal vez cabría hacer una pregunta: ¿Y si dejáramos de producir por un tiempo? Producir perdiendo parece ser absurdo, en ese caso tal vez podríamos dedicar unos meses a hacer mantenimiento, a tapar las fugas que a cada rato produce la ordeña de ductos, a recuperar el entorno natural que Pemex ha depredado, a capacitar a los trabajadores, a dejar descansar la tierra tan exprimida, a recorrer las gasolineras del País para descubrir a las que roban el “Huachicol”, a construir nuevas instalaciones, a reparar escuelas con obreros de Pemex. Entiendo que esta medida podría ser considerada absurda para destacados economistas, pero nos cuesta pensar que no se considere hacer un pequeño alto en el camino (todos lo hacemos de vez en cuando) en lugar de seguir tensando la cuerda que nos va a ahorcar.