Editorial
No es justo que aún existan deficiencias en varios planteles educativos de Guerrero y que gran parte del presupuesto se destine a quienes con cualquier pretexto se ausentan de las aulas y siguen cobrando, como los de la sección 22 de la CNTE y sus huestes en nuestra entidad de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG). No se trata de jugar a las vencidas, simplemente de que el gobierno del estado aplique el estado de derecho ante la CETEG, y garantizar, sobretodo, la educación. Este gremio ha ocasionado incluso, diversos problemas colaterales en Guerrero, principalmente en las ciudades más importantes, entre ellos, las pérdidas económicas por daños a edificios públicos que en su rehabilitación son pagados con nuestros impuestos, además de alejar a turistas nacionales y extranjeros de Acapulco. Está bien que es uno de los “Frankenstein” que ha creado el corporativismo, pero ya es hora de que se actúe como contra Elba Esther Gordillo, quien fuera lideresa del SNTE, ya que de lo contrario seguirá creciendo este monstruo de mil cabezas.