Editorial
Hoy que surgen las quejas de campesinos productores de maíz y fríjol contra el banco Banamex, por la retención de recursos del programa PROAGRO que reciben del gobierno federal, queda claro que las motivaciones humanas son iguales en todos los países. Los banqueros, que prestan dinero ajeno, lo hacen por lucro, sin importarles si les pagarán o no, ya que los que sufrirán las pérdidas serán los ahorradores que confiaron en ellos. Los que reciben los préstamos, gobiernos y empresarios de pocos escrúpulos, gastan y roban descaradamente lo que reciben a sabiendas de que ellos no tendrán que pagar, pues endosarán las pérdidas a los contribuyentes o a los accionistas, cuando no sean “rescatados” por los propios gobiernos. Esta transferencia de riqueza de los muchos a unas pocas manos, es la causa principal de la pobreza y privaciones de países, Grecia y México, entre otros. Esto es corrupción disimulada y falta de rendición de cuentas o impunidad. Se podría exigir justicia cobrando impuestos a la riqueza de los políticos y empresarios que se han beneficiado del endeudamiento y saqueo de erarios y ahorros, aunque todos sabemos que esto es ingenuo.