Editorial
El gobierno de Estados Unidos y su política de migración, desde la administración de Donald Trump, planteaba quién pagaría el muro, sin embargo, nunca si cuestionaron si hace falta o no realmente. La solución es que los gringos no nos contraten cuando pasamos de ilegales a su país, ya que no iríamos para allá o nos tendríamos que regresar. Si nos contratan es porque les conviene, pues nos pagan menos que a sus connacionales, porque nos pueden quitar el trabajo cuando quieren, sin liquidación y hasta con amenazas de echarnos a la “migra”. Ahora, hasta nos quieren contratar como soldados para que vayamos a pelear y a morir por ellos, en lugar de enviar a sus güeritos, sólo así nos harían el favor de otorgar a los sobrevivientes su “green card”. Algo similar sucede con el tráfico de drogas, la solución es que los gringos drogadictos no nos las compren y evitarían que nosotros se las llevásemos. No se necesita un muro: ¡La solución es que rehabiliten a sus drogadictos! Con esas dos soluciones la construcción de un muro sería innecesaria.