Editorial
Es tradición que luego de una elección y toma de protesta de la alcaldesa o el alcalde que haya ganado, el opositor que pudo obtener la victoria se retira y le permite unos 100 días para que pueda sentar las bases de su gobierno sin ningún tipo de obstáculos. Es más, hemos vistos, que en procesos en que el ganador ha obtenido un estrecho margen de ventaja contra el perdedor, que han generado mucha crisis post electorales, el perdedor se va a reflexionar con su equipo para ver dónde fallaron, qué fue lo que permitió que en un virtual empate el otro candidato haya sacado la cabeza; que motivó que muchos de sus seguidores y familiares hayan decidido el día de la votación darle un voto de castigo o de respaldo a sus oponentes, y sobre todo, qué medidas adoptar para superar al ganador en el proceso venidero. Que a nadie extrañe que, en próximos días, salgan los “críticos de ocasión” buscando vapulear a las nuevas administraciones solo para conseguir prebendas, aunque, también estarán los verdaderos opositores, los que señalan lo malo de los gobiernos, para que se mejore. Las campañas para elecciones del 2024 ya empezaron, y los candidatos y descartados, saldrán de los actores políticos que acierten o desacierten en sus gobiernos.