Editorial
Cada día les resulta a los profesionistas más difícil conseguir un trabajo, por más mínimo que sea el sueldo, los requisitos que exigen las dependencias de gobierno son infinitos. Esta situación no molestaría a los mexicanos –pues sabemos que se exige calidad- sin embargo, debería de extenderse a la administración pública. Lo anterior, al ver que las reformas pasan por el Congreso como sin nada y observar la inutilidad de la mayoría de diputados, lo que nos hace considerar que llegó el momento de reformar los artículos 55 y 58 de la Constitución Política de México. En los requisitos para ser diputado o senador, se debería agregar los siguientes: 1.- Contar con una licenciatura y haber obtenido su cédula profesional. 2.- Presentar constancia que acredite el no tener antecedentes penales. 3.- Someterse a exámenes periódicos de conocimientos, entre otros, en materia legal en general, economía y administración pública. Sin duda con estos filtros nos molestarían un poco menos los ingresos que perciben. En la iniciativa privada no se permite llegar, firmar la lista y retirarse o quedarse dormido en horas de trabajo, y si faltan tres días continuos en el mes, los corren. Sería un buen principio para un México mejor.
