Editorial
De los 32 estados que conforman México, ninguno ha logrado erradicar el embarazo infantil y adolescente. Si bien hay una tendencia a la baja desde 2011 en todo México, hay estados como Guerrero que se mantiene tres puntos porcentuales por encima de la media nacional (18.2%), de acuerdo con las estadísticas de nacimientos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). En 2019, Guerrero ocupó el primer lugar nacional por el porcentaje de matrimonios de mujeres jóvenes de 15 a 19 años. Nuestra entidad presenta estas penosas cifras, ya que las mujeres que son forzadas a contraer este tipo de matrimonios tempranos enfrentan consecuencias como dejar sus estudios o afectaciones a su salud. Lo más lamentable es que los embarazos precoces son una de las principales causas de muerte en las niñas a nivel mundial. Urge un programa dirigido exclusivamente a las niñas de la Montaña y Costa Chica, para empoderar a las mujeres desde temprana edad y de paso terminar con la venta de menores para matrimonios forzados.